(Expansión, 10-04-2025) | Mercantil, civil y administrativo
La banca prepara con el BCE el regreso a la barra libre de liquidez
Todo tiene su ciclo, y el periodo de gran liquidez del que ha gozado la banca europea tras años de fuertes estímulos del Banco Central Europeo (BCE) también llega a su fin. Aunque las entidades aún disponen de reservas considerables, ya anticipan un escenario en el que el exceso de recursos siga disminuyendo. Por ello, empiezan a prepararse para volver a solicitar financiación al BCE a través de sus mecanismos habituales: las subastas semanales (MRO) y las operaciones a más largo plazo (LTRO) con vencimiento a tres meses. Este fue uno de los temas centrales de la última reunión entre los bancos y el BCE, celebrada el pasado 13 de marzo bajo la presidencia de Christine Lagarde. Las propias entidades expresaron su disposición a reincorporar estas herramientas en sus estrategias de financiación, en línea con las recomendaciones que el BCE ha venido repitiendo públicamente. "Conforme disminuya el exceso de liquidez, el BCE, como organismo encargado de la política monetaria y la supervisión, espera que los bancos integren estas operaciones en su gestión habitual de liquidez", señalaron recientemente Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo, y Claudia Buch, presidenta del Consejo de Supervisión del BCE. Durante la pandemia, el sistema bancario europeo llegó a acumular hasta 4,7 billones de euros en exceso de liquidez, lo que representaba cerca del 14% del total de activos del sector. Esta situación, sumada al encarecimiento del crédito por las sucesivas subidas de tipos de interés, redujo considerablemente el interés de los bancos por acudir al dinero del BCE. El año pasado, las entidades afirmaron que solo utilizarían estas facilidades en situaciones excepcionales, pese a que el BCE había mejorado las condiciones para incentivar su uso, recortando en septiembre la diferencia entre el interés que cobra por los préstamos y el que paga por los depósitos a tan solo 15 puntos básicos. Sin embargo, la situación ha dado un giro. El exceso de liquidez ha bajado a 2,8 billones de euros, lo que supone el 8,5% de los activos, y todo indica que seguirá reduciéndose en los próximos años. Aunque aún no se ha producido un aumento notable en la demanda de financiación del BCE, tanto las autoridades como el sector financiero comienzan a prepararse para un nuevo ciclo. Tanto el BCE como los bancos coinciden en que es momento de reactivar el uso de las operaciones de financiación. Aunque la reunión tuvo lugar antes del reciente repunte de tensiones internacionales tras el movimiento comercial de Donald Trump, el nuevo clima de incertidumbre en los mercados ha añadido urgencia a la necesidad de que los bancos estén listos para utilizar todas las herramientas disponibles. En ese sentido, se propuso realizar pruebas periódicas para evaluar la capacidad de respuesta de las entidades a la hora de solicitar fondos al BCE. El objetivo de estas pruebas es asegurar que los bancos puedan calcular con rapidez cuánto dinero necesitan y movilizar los activos necesarios como garantía. Estos procesos son especialmente exigentes en los grandes grupos bancarios, que operan en múltiples países y deben coordinar sus sistemas internos de manera eficaz. "El BCE espera que los bancos cuenten con una infraestructura tecnológica robusta para identificar y movilizar garantías, así como con los acuerdos organizativos y contractuales adecuados", señaló la institución durante el encuentro, subrayando la importancia de seguir las mejores prácticas. Por último, además de manifestar su disposición a recurrir nuevamente a estas fuentes de financiación, los bancos pidieron al BCE que continúe trabajando para eliminar el estigma que aún rodea al uso de este tipo de liquidez. "El mayor uso de las operaciones de política monetaria por parte de los bancos en los próximos años no debe interpretarse como una señal de debilidad. Al contrario, será simplemente una forma de gestionar su liquidez en el marco operativo actual", concluyó el BCE.
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