(La Vanguardia, 11-03-2025) | Laboral
La Airef dictamina este mes si hay que subir cotizaciones para pagar las pensiones
El nuevo sistema de financiación de las pensiones enfrenta su primera gran prueba. Las reformas implementadas en los últimos años han elevado significativamente los gastos, principalmente debido a la indexación de las pensiones con la inflación. Para equilibrar este incremento, se diseñó un aumento de los ingresos que Bruselas aceptó bajo la condición de incluir una "cláusula de cierre". Esta cláusula se activa automáticamente si la brecha entre ingresos y gastos supera un umbral determinado. Este mes de marzo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) debe evaluar, por primera vez, si ese límite se ha sobrepasado. El umbral establecido es un gasto neto promedio del 13,3% del PIB entre 2022 y 2050. Si se rebasa, será necesario adoptar medidas correctivas. Inicialmente, el Gobierno y los agentes sociales intentarán negociar una solución, pero si no se alcanza un acuerdo, se aplicará un aumento gradual de las cotizaciones en un periodo de cinco años para corregir el desajuste. El proceso de evaluación llega en medio de la controversia, debido al marco que el Gobierno ha fijado para que la Airef realice sus cálculos. Un real decreto del 19 de febrero establece que, para medir los ingresos, se considerarán las transferencias del Estado a la Seguridad Social, el aumento de las bases máximas, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y la cuota de solidaridad. Algunos economistas critican esta decisión, argumentando que distorsiona la cláusula de cierre al incluir partidas que, según ellos, no deberían contarse como ingresos. El punto más polémico es la inclusión de los 20.000 millones de euros anuales que el Estado transfiere a la Seguridad Social por gastos impropios. Miguel Ángel García, investigador de Fedea y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, señala que esta transferencia ya estaba prevista cuando se fijaron los criterios de la cláusula de cierre, por lo que incluirla ahora en los cálculos equivale a contabilizar la misma partida dos veces. En su opinión, esta estrategia permite evitar un ajuste en 2025, pero a costa de incrementar el déficit de las pensiones en el futuro. Desde la Seguridad Social rechazan estas críticas y defienden que el real decreto solo precisa qué se considera ingreso dentro del sistema para la evaluación de la Airef. Argumentan que estas fuentes de financiación ya están recogidas en el artículo 109 de la Ley General de la Seguridad Social, por lo que no se está introduciendo ningún nuevo concepto de ingresos. El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social sostiene que el desarrollo reglamentario es un procedimiento habitual para concretar la aplicación de las leyes y no puede modificar ni contradecir la norma que regula. Para su informe, la Airef cruzará dos datos clave: la proyección del gasto en pensiones, basada en el Informe sobre envejecimiento de la Comisión Europea publicado en abril pasado, y su propia estimación del impacto de las medidas gubernamentales para incrementar los ingresos del sistema. Si la diferencia entre ambos supera el 13,3% del PIB de media en el periodo 2022-2050, será necesario tomar medidas correctivas de inmediato. En primer lugar, se abrirá una negociación con los agentes sociales para elaborar un proyecto de ley que entraría en vigor el próximo año. En esta fase, se podría ajustar la situación tanto por la vía de los ingresos como por la de los gastos. Sin embargo, si no se logra consenso sobre las medidas a tomar, el sistema activará el aumento automático de las cotizaciones del MEI en la cantidad necesaria para cerrar la brecha fiscal, distribuyendo este incremento a lo largo de cinco años.
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