(Expansión, 28-03-2025) | Laboral

La incapacidad temporal se ha convertido en el segundo mayor gasto que debe afrontar la Seguridad Social cada año, solo por detrás de las pensiones. Además, este fenómeno impacta directamente en las empresas, ya que deben asumir los costes derivados de estos procesos. En la última década, el absentismo laboral no ha dejado de aumentar y, tras la pandemia, ha experimentado un crecimiento sin precedentes, elevando la carga económica para las empresas hasta casi 14.000 millones de euros en el último año y a más de 15.600 millones para la Seguridad Social. En total, el coste de las bajas laborales asciende a 30.000 millones de euros, suponiendo un lastre creciente para el tejido productivo.

Los datos oficiales muestran que el gasto de la Seguridad Social en la cobertura de la incapacidad temporal se ha incrementado en un 154% en la última década y un 64% desde el inicio de la pandemia. De igual forma, los costos asumidos por las empresas -incluyendo los gastos entre los días cuatro y quince de la baja, los complementos salariales y las cotizaciones a la Seguridad Social- han aumentado un 190% en los últimos diez años y un 70% desde la crisis sanitaria, según cálculos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).

Ante esta situación, el Gobierno ha puesto en marcha una mesa de diálogo social en el ámbito de la Seguridad Social para discutir con los agentes sociales posibles medidas para frenar esta tendencia. Aunque el equipo liderado por la ministra Elma Saiz no ha planteado aún acciones concretas para reducir los costes asociados, fuentes de la negociación señalan al diario Expansión que las organizaciones empresariales están centradas en buscar soluciones para mitigar este impacto financiero.

Desde AMAT destacan que el absentismo laboral derivado de bajas por incapacidad temporal, especialmente por contingencias comunes, supone un grave problema para las empresas, ya que eleva significativamente sus costes laborales. En muchos casos, las compañías deben contratar personal temporal para cubrir las ausencias o recurrir a horas extra para evitar que la producción o la prestación de servicios se vean afectadas.

Según el último informe sobre absentismo publicado por Randstad, la tasa alcanzó un nuevo máximo en el último año, situándose en el 6,7% de las horas pactadas. Este porcentaje se traduce en que, cada día, 1,4 millones de personas no acudieron a su puesto de trabajo, de las cuales 1,1 millones se encontraban de baja médica. Además, más de 326.000 empleados faltaron a su trabajo diariamente por motivos ajenos a una baja médica durante el cuarto trimestre de 2024, lo que representa un 22,2% del total de ausencias. AMAT eleva esta cifra aún más, estimando que el 8,3% de los trabajadores no acuden a su puesto en ningún día del año.

El análisis de Randstad también refleja una gran disparidad en la tasa de absentismo según la región y el sector. Las comunidades con mayor porcentaje de ausencias fueron País Vasco (8,7%), Canarias (8,4%), Cantabria y Galicia (7,8%) y Murcia (7,7%). En cuanto a los sectores con mayor incidencia del absentismo, destacan los juegos de azar (11,9%) y las actividades postales y de correos (11,8%). Por el contrario, las áreas con menor tasa de ausencias son las relacionadas con el empleo (2,7%) y los servicios jurídicos y contables (2,8%). En conclusión, el absentismo laboral ha alcanzado niveles récord tras la pandemia, duplicando prácticamente el impacto económico tanto para las empresas como para la Seguridad Social.

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