(Expansión, 11-11-2024) | Mercantil, civil y administrativo

El ministro de Economía cuenta con poco más de un mes, si desea respetar el plazo fijado, para proponer al Gobierno el nombre de la persona que reemplazará a Rodrigo Buenaventura al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Buenaventura finaliza su mandato de cuatro años y ha anunciado su decisión de asumir la secretaría general de Iosco, la organización internacional que agrupa a las comisiones nacionales de valores.

Es posible que Montserrat Martínez, actual vicepresidenta de la CNMV, quien también termina su mandato, se sume a la salida de Buenaventura o, por el contrario, lo suceda en el cargo, o permanezca como vicepresidenta por dos años más. La situación está abierta, aunque expertos del sector apuntan que sería un inconveniente que el Gobierno optara por alguien externo al ámbito financiero, contrario a la práctica de los últimos ocho años. "Sería muy perjudicial para la institución", comentaba el máximo responsable de uno de los principales despachos de asesoría en mercados, durante el reciente evento del 35 aniversario de la creación de la CNMV y la transformación profunda que esta trajo al mercado.

A lo largo de sus 35 años de historia, la CNMV ha pasado por momentos turbulentos, en ocasiones debido a problemas internos y en muchas otras por situaciones que han cuestionado la transparencia del mercado por acciones reprobables de ciertos actores.

En este contexto, los cuatro años de mandato de Buenaventura han sido relativamente tranquilos en términos de conflictos internos, aunque ha tenido que lidiar con casos empresariales complejos, como el retorno del Estado al accionariado de empresas destacadas como Telefónica e Indra, la entrada de capital extranjero de países árabes y otros en algunas compañías como Telefónica o Naturgy, las disputas de poder en empresas cotizadas como Indra o Unicaja, y el traslado de Ferrovial a los Países Bajos.

El nombramiento de Buenaventura y Martínez al frente de la CNMV marcó la primera vez que ambos líderes tenían gran parte de su experiencia profesional dentro de la propia comisión, un hecho muy valorado estos días. Antes de Buenaventura, solo Sebastián Albella, su predecesor, había tenido experiencia previa en la CNMV en distintos cargos.

El Congreso de los Diputados tendrá que confirmar la ausencia de conflictos de interés en los candidatos que proponga el Gobierno para dirigir la CNMV. El presidente actual es el décimo en la historia de la institución. A excepción de Albella, los anteriores presidentes provenían de sectores ajenos a los mercados de valores.

Luis Carlos Croissier fue el primer presidente y el único que repitió mandato, seguido por Juan Fernández Armesto; Pilar Valiente, Blas Calzada, Manuel Conthe, Julio Segura, Elvira Rodríguez, Juan Manuel Santos-Juárez y Albella. Ninguno de ellos tuvo un mandato fácil, debido a factores externos y, en varias ocasiones, a diferencias internas entre presidente y vicepresidente.

Todavía no se sabe quién será el próximo presidente de la CNMV, pero deberá afrontar desafíos importantes, como el aumento del proteccionismo con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, una posible guerra comercial con China, la presión inflacionaria en EE. UU., la reducción de los tipos de interés del BCE y la persistente alta liquidez en los mercados, que por ahora no tiene un final claro.

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