(Expansión, 15-04-2025) | Mercantil, civil y administrativo

El presidente de Estados Unidos ha afirmado que pronto anunciará la imposición de aranceles al sector farmacéutico, aunque no ha aclarado si seguirá vigente la exención que beneficia a la industria tecnológica, mientras circulan rumores sobre una posible suspensión de los gravámenes aplicados al sector automotriz. Washington parece estar reculando en su estrategia arancelaria, aunque el mandatario, Donald Trump, continúa enviando mensajes contradictorios, evidenciando así la falta de una dirección clara en su política comercial.

¿Siguen libres de aranceles los productos tecnológicos y electrónicos frente al impuesto del 145% que EE. UU. ha impuesto a China? La versión oficial de la Casa Blanca indica que sí, que están excluidos. Sin embargo, Trump sostiene lo contrario: asegura que esos productos serán gravados, aunque aún no es el momento. Después de un fin de semana lleno de anuncios confusos y desmentidos por parte de su equipo -que parece no tener una postura definida-, el presidente había prometido aclarar la situación, pero no cumplió. En lugar de ello, desvió la atención con una vieja amenaza: impondrá aranceles a la industria farmacéutica "en un futuro cercano". ¿Cuándo exactamente? "Pronto", se limitó a decir.

Tras reunirse con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, Trump evitó referirse directamente a la posible exención del sector tecnológico, ni a las rectificaciones que ha ido haciendo en sus amenazas comerciales. Solo señaló que adoptará una postura "flexible" en cuanto a la imposición de aranceles a productos de Apple, como ordenadores y teléfonos.

Por otro lado, ayer comenzaron a circular rumores sobre una posible pausa en los aranceles del 25% que se aplican globalmente a la industria automotriz. Si se confirma, esto supondría la retirada de casi todas las medidas proteccionistas anunciadas en el denominado Día de la Liberación, el pasado 2 de abril. Solo se mantendrían los aranceles a China, que aunque conservan el tipo del 145%, ahora se aplican a un menor número de importaciones.

Actualmente, la atención de Trump está centrada en China dentro de su guerra comercial. Incluso no dudó en criticar el encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo vietnamita, Luong Cuong, así como con To Lam, el máximo líder del Partido Comunista de Vietnam. Trump calificó la reunión como "encantadora y maravillosa", pero insinuó que ambos gobiernos buscan perjudicar a EE. UU.

"Durante el gobierno de Biden, perdimos billones de dólares en comercio con China. Él permitió que nos explotaran, y eso ya no puede continuar. ¿Saben qué? No culpo a China. No culpo al presidente Xi. Me cae bien. Yo también le caigo bien", afirmó Trump.

Pese a estas palabras, la relación entre ambos países está marcada por una creciente tensión comercial. Estados Unidos mantiene un arancel del 145% a productos chinos, mientras que Pekín responde con un 125% a las importaciones estadounidenses. En este escenario, Xi Jinping ha comenzado una gira por el Sudeste Asiático con la intención de fortalecer alianzas económicas y contrarrestar la influencia estadounidense en la región. De hecho, EE. UU. ya está negociando con países como Vietnam la posibilidad de suavizar los aranceles mutuos a partir del verano, tras una suspensión temporal de 90 días.

No sorprende, entonces, que la primera escala del presidente chino haya sido Hanói. La visita fue muy simbólica, con una ceremonia de bienvenida en el aeropuerto encabezada por Luong Cuong, alfombra roja incluida, y un despliegue notable de banderas. En su agenda figura la firma de al menos una decena de acuerdos bilaterales, con los que China busca reafirmar su rol como socio confiable en la región frente a la ofensiva comercial de EE. UU.

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